Este apéndice están tomado del libro de John Reisinger, Abraham’s Four Seeds (Las Cuatro Simientes de Abraham) New Covenant Media, Frederick. MD, USA, 1998, traducido al español por Omar Vázquez y José Antonio Septién.
Apéndice 1. LOS PACTOS
La Teología del Pacto
Todas las citas que siguen han sido tomadas
de la Confesión de Fe de Westminster;[1]
el cual es el documento más ampliamente aceptado y venerado que surgió de la
Reforma; esta fuente representa de manera consistente tanto el punto de vista
histórico y como el actual de la Teología del Pacto. Recientemente ha habido
grandes diferencias de opinión acerca de lo que realmente significa la Confesión
y cómo es que debe resolverse esta situación, pero hasta donde yo sé, ningún grupo
presbiteriano ha cuestionado la confesión de fe en el área de los pactos, la
ley o la iglesia.
Presupuestos básicos: Los pactos son la clave para comprender y unificar toda la
Escritura.
1.
El hombre está siempre
en una relación de pacto con Dios.
La distancia entre Dios y la criatura es tan
grande, que aun cuando las criaturas racionales le deben obediencia como su
Creador, e incluso ellas si nunca pudieran tener algún fruto de Él como Su
bienaventuranza y galardón, si no fuera por alguna condescendencia
voluntaria por parte de Dios, la cual le ha placido a Dios expresar por
medio del pacto a. [Énfasis mío] (Capítulo VII,
Sección I). aIsa. 40:13–17; Job
9:32, 33; I Sam. 2:25; Sal. 113:5, 6; Sal. 100:2, 3; Job 22:2, 3; 35:7, 8; Lucas
17:10; Hechos 17:24, 25.
2.
Toda la Escritura se engloba
dentro de dos pactos. El primero es el “Pacto de Obras” hecho con Adán en el
huerto antes de su caída. El segundo es el “Pacto de Gracia” hecho con Adán
inmediatamente después de la caída.
El Pacto de
Obras:
El primer pacto hecho con el hombre fue un
pacto de obras b, en el que se le prometía
vida a Adán, y en él, a toda su posteridadc, bajo la condición de una obediencia
perfecta y personald. [Énfasis mío] (Capítulo VII, Sección II). bGal.
3:12; cRom. 10:5; 5:12–20; dGen. 2:17; Gal. 3:10.
El
hombre, por su caída, se hizo incapaz de obtener la vida que ofrecía aquel
pacto [el pacto de obras], por lo que le agrado a Dios hacer un segundo pactoe,
llamado comúnmente el Pacto de Gracia, según el cual Dios ofrece libremente a
los pecadores vida y salvación por Cristo Jesús, requiriendo de ellos fe en Él
para que puedan ser salvosf, y prometiéndoles a todos aquellos que
han sido ordenados para vida, Su Espíritu Santo para que deseen creer y capacitándolos
para ellog. (Capítulo VII, Sección III). eGal. 3:21; Rom. 8:3;
3:20, 21; Gen. 3:15; Isa. 42:6.; fMar. 16:15, 16; Juan 3:16; Rom. 10:6,
9; Gal. 3:11.; gEze. 36:26, 27; Juan 6:44, 45. Este pacto fue administrado de una forma diferente
en el tiempo de la ley a como es administrado en el tiempo del Evangelioi… (Capítulo VII, Sección
V)
iII Cor. 3:6–9.
1.
La bendición prometida
en el pacto de obras era la vida, y a Adán se le dio la capacidad de ‘ganar’
esta bendición prometida de vida por su obediencia a los términos del pacto...la vida fue prometida a Adán […] bajo la
condición de una obediencia personal y perfecta. [Énfasis mío] (Capítulo VII, Sección II)
Dios le dio a Adán una ley como un pacto de
obras, por medio del cual lo sujetó a él y a toda su posteridad a una
obediencia personal, completa, exacta y perpetua; se le prometió la vida mediante
el cumplimiento de este pacto, y se le amenazó con la muerte si lo quebrantaba;
y se le dio también el poder y la capacidad para guardarloa. [Énfasis mío](Capítulo
XIX, Sección I) a Gen. 1:26, 27; 2:17; Rom. 2:14, 15; 10:5;
5:12, 19; Gal 3:10, 12; Eccl. 7:29; Job 28:28.
2.
El contenido del pacto
de obras que Adán tenía que obedecer para ganar la vida consistió en los diez
mandamientos, “comúnmente llamados [por ningún escritor de la Escritura]
la ley moral.”
Esta ley [dada a Adán como un pacto de obras] después de su caída, continuó siendo la regla perfecta de rectitud; y como tal, fue dada por Dios en el Monte Sinaí en diez mandamientos y escrita en dos tablas… b [Énfasis mío] (Capítulo XIX, Sección II) bSgo. 1:25; 2:8, 10–12; Rom. 13:8, 9; Deut. 5:32; 10:4; Ex. 34:1
3.
La estipulación del
pacto fue obediencia “personal, perfecta, completa y exacta” durante un período
probatorio. Tanto el Capítulo 7, Sección 2, como el Capítulo 19, Sección 1
afirman que Adán fue puesto “bajo el pacto de obras” y se le prometió la
recompensa de la vida si cumplía las condiciones del pacto.
4.
Adán, por su pecado (su fracaso
en obedecer el pacto de obras y ganar la vida), perdió para siempre
la oportunidad de ganar la vida por las obras.
Ya que por su caída el hombre se hizo a sí
mismo incapaz de [ganar] la vida mediante aquel pacto, [al cumplir los términos
y ganar la bendición de la vida que este pacto prometía], le agrado a Dios
hacer un segundo pacto, comúnmente llamado el pacto de gracia… [Énfasis mío]
(Capítulo VII, Sección III)
El
hombre, por su caída, se hizo incapaz de obtener la vida que ofrecía aquel
pacto [el pacto de obras], por lo que le agrado a Dios hacer un segundo pactoe,
llamado comúnmente el Pacto de Gracia, según el cual Dios ofrece libremente a
los pecadores vida y salvación por Cristo Jesús, requiriendo de ellos fe en Él
para que puedan ser salvosf, y prometiéndoles a todos aquellos que
han sido ordenados para vida, Su Espíritu Santo para que deseen creer y capacitándolos
para ellog. (Capítulo VII, Sección III). eGal. 3:21; Rom. 8:3;
3:20, 21; Gen. 3:15; Isa. 42:6.; fMar. 16:15, 16; Juan 3:16; Rom. 10:6,
9; Gal. 3:11.; gEze. 36:26, 27; Juan 6:44, 45.
Este pacto fue administrado de una forma diferente
en el tiempo de la ley a como es administrado en el tiempo del Evangelioi… (Capítulo VII, Sección
V) iII Cor. 3:6–9.
1.
La bendición prometida
en el pacto de obras era la vida, y a Adán se le dio la capacidad de ‘ganar’
esta bendición prometida de vida por su obediencia a los términos del pacto...la vida fue prometida a Adán […] bajo la
condición de una obediencia personal y perfecta. [Énfasis mío] (Capítulo VII, Sección II)
Dios le dio a Adán una ley como un pacto de
obras, por medio del cual lo sujetó a él y a toda su posteridad a una
obediencia personal, completa, exacta y perpetua; se le prometió la vida mediante
el cumplimiento de este pacto, y se le amenazó con la muerte si lo quebrantaba;
y se le dio también el poder y la capacidad para guardarloa. [Énfasis mío](Capítulo
XIX, Sección I) a Gen. 1:26, 27; 2:17; Rom. 2:14, 15; 10:5;
5:12, 19; Gal 3:10, 12; Eccl. 7:29; Job 28:28
2.
El contenido del pacto
de obras que Adán tenía que obedecer para ganar la vida consistió en los diez
mandamientos, “comúnmente llamados [por ningún escritor de la Escritura]
la ley moral.”
Esta ley [dada a Adán como un pacto de
obras] después de su caída, continuó siendo la regla perfecta de rectitud; y
como tal, fue dada por Dios en el Monte Sinaí en diez mandamientos y escrita en
dos tablas… b [Énfasis mío] (Capítulo XIX, Sección II) bSgo. 1:25; 2:8, 10–12;
Rom. 13:8, 9; Deut. 5:32; 10:4; Ex. 34:1.
3.
La estipulación del
pacto fue obediencia “personal, perfecta, completa y exacta” durante un período
probatorio. Tanto el Capítulo 7, Sección 2, como el Capítulo 19, Sección 1
afirman que Adán fue puesto “bajo el pacto de obras” y se le prometió la
recompensa de la vida si cumplía las condiciones del pacto.
4.
Adán, por su pecado (su fracaso
en obedecer el pacto de obras y ganar la vida), perdió para siempre
la oportunidad de ganar la vida por las obras. Ya que por su caída el hombre se hizo a sí
mismo incapaz de [ganar] la vida mediante aquel pacto, [al cumplir los términos
y ganar la bendición de la vida que este pacto prometía], le agrado a Dios
hacer un segundo pacto, comúnmente llamado el pacto de gracia… [Énfasis mío]
(Capítulo VII, Sección III)
Pregunta: ¿Acaso las Escrituras alguna
vez representan la tragedia de la caída de Adán como la “pérdida de la
oportunidad de ganar vida” o presentan la caída de Adán como la
pérdida de la vida y de la rectitud que él ya tenía en virtud de que Adán fue
creado justo y a
la imagen de Dios?
En ningún lugar se nos dice que Adán no
pudo conseguir algo que no tenía. Las Escrituras siempre hablan más bien
sobre la pérdida de algo que él ya tenía. (Compare el Catecismo de
Heidelberg donde la idea de un pacto de obras brilla por su ausencia).
El así llamado pacto de gracia es en
realidad el mensaje del evangelio de la gracia. Este “pacto”, o de hecho, el
evangelio de la gracia, capacita hoy a los pecadores para asegurar, por medio
de la fe, lo que Adán habría ganado si hubiera guardado el pacto de obras. En ninguna parte de las Escrituras se
sugiere tal idea o comparación. Dado que hay un solo pacto inmutable de
gracia (el supuesto básico de la Teología del Pacto), se desprenden algunas
deducciones lógicas por consecuencia:
1. Sólo puede haber una sola
Iglesia, por lo tanto, la nación de Israel tiene que ser una con la Iglesia,
hoy en día.
2. Las señales visibles, los
sellos y las formas de adoración cambian bajo la nueva administración, pero el
único pacto es el mismo y es inmutable y sigue vigente.
3. Ya que la "ley moral"
(las tablas de piedra) expresa la naturaleza de Dios, esas tablas son la regla invariable
de conducta que gobierna al único pueblo de Dios en todas las edades. Cristo
(en el Sermón del Monte) y los Apóstoles (en las epístolas) reafirman la
autoridad de la ley moral (de las tablas de piedra) y nos muestran el verdadero
significado de la inmutable ley moral escrita en las tablas del pacto. Ni
Cristo ni sus apóstoles añaden ninguna "ley más alta" a la única inmutable
ley moral escrita en las Tablas de Piedra. Los Diez Mandamientos deben ser el
estándar moral más excelente que jamás haya sido dado.
4. Puesto que Israel es la iglesia
y está bajo el mismo pacto que la Iglesia en la actualidad, entonces los hijos
de padres creyentes deben ser considerados como parte de la iglesia y deben ser
marcados y sellados con el bautismo como hijos del pacto. Bajo la nueva
administración del único y mismo pacto, sólo cambia la señal del pacto, donde el
bautismo reemplaza a la circuncisión. El sábado es parte de la “única e
inmutable ley moral”, pero el día ha cambiado del séptimo día al primer día de
la semana, etc. Lo único que cambia es la "administración" del mismo
pacto único. Las señales visibles y los sellos cambian, pero no el pacto. Sólo
puede haber “un pacto con dos administraciones” de gracia.
Si se muestra con claridad que este concepto contradice claramente a las Escrituras del Nuevo Pacto, entonces todo el sistema que está construido sobre este concepto se viene abajo.
Si se muestra con claridad que este concepto contradice claramente a las Escrituras del Nuevo Pacto, entonces todo el sistema que está construido sobre este concepto se viene abajo.
¡Ésta es la Teología del Pacto!
[1] La confesión de Fe de Westminster (Inverness, Escocia: El comité de Publicaciones de la Iglesia Libre Presbiterana de Escocia, 1976).
Un trabajo de traducción realizado por Omar Vázquez
Editado por Natalie Pais
Q fue de ustedes hermanos?, me deleito escuchándolos en youtube, yo soy como uds, estudio mucho las escrituras, y comparto vuestro modo de ver el cristianismo y la iglesia, aunq soy dispensacionalista, lastima q uds desaparecieron, ojala vuelvan los webinars.
ResponderEliminar