La Teología de las iglesias Reformadas se destaca en la importancia que da a los pactos; un prototipo se encuentra en la teología patrística que fue sistematizada por Agustín de Hipona; Éste deduce dos pactos de la Escritura: (1) el pacto de obras (2) el pacto de gracia. Para el primer pacto, las partes fueron Dios y Adán; la promesa del pacto era la vida; la provisa (condición) era la obediencia perfecta de Adán, y la penalidad ante el fracaso era la muerte. Para salvar al hombre del castigo debido a su desobediencia, entró en efecto un segundo pacto hecho desde la eternidad llamado el pacto de gracia. A través del Antiguo Testamento hubo sucesivas proclamaciones de este pacto. (H. Witsius, On the Covenants.)
La Teología del Pacto
Todas las citas que siguen han sido tomadas de la
Confesión de Fe de Westminster;[64]
el cual es el documento más ampliamente aceptado y venerado que surgió de la
Reforma; esta fuente representa de manera consistente tanto el punto de vista
histórico y como el actual de la Teología del Pacto. Recientemente ha habido
grandes diferencias de opinión acerca de lo que realmente significa la Confesión
y cómo es que debe resolverse esta situación, pero hasta donde yo sé, ningún grupo
presbiteriano ha cuestionado la confesión de fe en el área de los pactos, la
ley o la iglesia.
Presupuestos básicos: Los pactos son la clave para
comprender y unificar toda la Escritura.
1. El hombre está siempre en una relación de pacto
con Dios. La
distancia entre Dios y la criatura es tan grande, que aun cuando las criaturas
racionales le deben obediencia como su Creador, e incluso ellas si nunca pudieran
tener algún fruto de Él como Su bienaventuranza y galardón, si no fuera por
alguna condescendencia voluntaria por parte de Dios, la cual le ha placido a
Dios expresar por medio del pacto a. [Énfasis mío]
(Capítulo VII, Sección I). aIsa.
40:13–17; Job 9:32, 33; I Sam. 2:25; Sal. 113:5, 6; Sal. 100:2, 3; Job 22:2, 3;
35:7, 8; Lucas 17:10; Hechos 17:24, 25.
2. Toda la Escritura se engloba dentro de dos pactos. El
primero es el “Pacto de Obras” hecho con Adán en el huerto antes de su caída.
El segundo es el “Pacto de Gracia” hecho con Adán inmediatamente después de la
caída.
El Pacto de Obras:
El
primer pacto hecho con el hombre fue un pacto de obras b, en el que se le prometía vida a Adán,
y en él, a toda su posteridadc,
bajo la condición de una obediencia perfecta y personald. [Énfasis mío] (Capítulo VII, Sección
II). bGal. 3:12; cRom. 10:5;
5:12–20; dGen. 2:17;
Gal. 3:10.
El Pacto de Gracia:
El hombre, por su caída, se hizo incapaz de
obtener la vida que ofrecía aquel pacto [el pacto de obras], por lo que le agrado
a Dios hacer un segundo pactoe, llamado comúnmente el Pacto de Gracia,
según el cual Dios ofrece libremente a los pecadores vida y salvación por Cristo
Jesús, requiriendo de ellos fe en Él para que puedan ser salvosf, y
prometiéndoles a todos aquellos que han sido ordenados para vida, Su Espíritu
Santo para que deseen creer y capacitándolos para ellog. (Capítulo
VII, Sección III). eGal. 3:21;
Rom. 8:3; 3:20, 21; Gen. 3:15; Isa. 42:6.; fMar. 16:15, 16; Juan 3:16; Rom. 10:6, 9; Gal. 3:11.; gEze. 36:26,
27; Juan 6:44, 45. Este
pacto fue administrado de una forma diferente en el tiempo de la ley a como es
administrado en el tiempo del Evangelioi… (Capítulo VII, Sección V) iII Cor.
3:6–9.
3. La bendición prometida en el pacto de obras era
la vida, y a Adán se le dio la capacidad de ‘ganar’ esta bendición
prometida de vida por su obediencia a los términos del pacto.
…la
vida fue prometida a Adán […] bajo la condición de una obediencia personal y perfecta. [Énfasis mío] (Capítulo VII, Sección II). Dios
le dio a Adán una ley como un pacto de obras, por medio del cual lo sujetó a él
y a toda su posteridad a una obediencia personal, completa, exacta y perpetua; se
le prometió la vida mediante el cumplimiento de este pacto, y se le amenazó con
la muerte si lo quebrantaba; y se le dio también el poder y la capacidad para
guardarloa. [Énfasis mío](Capítulo XIX, Sección I) a Gen. 1:26, 27; 2:17; Rom. 2:14, 15; 10:5;
5:12, 19; Gal 3:10, 12; Eccl. 7:29; Job 28:28.
4. El contenido del pacto de obras que Adán tenía
que obedecer para ganar la vida consistió en los diez mandamientos, “comúnmente
llamados [por ningún escritor de la Escritura] la ley moral.” Esta
ley [dada a Adán como un pacto de obras] después de su caída, continuó siendo la
regla perfecta de rectitud; y como tal, fue dada por Dios en el Monte Sinaí en diez
mandamientos y escrita en dos tablas… b [Énfasis
mío] (Capítulo XIX, Sección II) bSgo. 1:25;
2:8, 10–12; Rom. 13:8, 9; Deut. 5:32; 10:4; Ex. 34:1.
5. La estipulación del pacto fue obediencia
“personal, perfecta, completa y exacta” durante un período probatorio.
Tanto el Capítulo 7, Sección 2, como el Capítulo 19, Sección 1 afirman que Adán
fue puesto “bajo el pacto de obras” y se le prometió la recompensa de la vida
si cumplía las condiciones del pacto.
6. Adán, por su pecado (su fracaso en obedecer el pacto
de obras y ganar la vida), perdió para siempre la oportunidad de
ganar la vida por las obras. Ya
que por su caída el hombre se hizo a sí mismo incapaz de [ganar] la vida
mediante aquel pacto, [al cumplir los términos y ganar la bendición de la vida
que este pacto prometía], le agrado a Dios hacer un segundo pacto, comúnmente llamado
el pacto de gracia… [Énfasis mío] (Capítulo VII, Sección III)
Pregunta: ¿Acaso las Escrituras alguna vez representan
la tragedia de la caída de Adán como la “pérdida de la oportunidad de ganar
vida” o presentan la caída de Adán como la pérdida de la vida y de la
rectitud que él ya tenía en virtud de que Adán fue creado justo y a la
imagen de Dios? En ningún lugar se nos dice que Adán no pudo conseguir algo
que no tenía. Las Escrituras siempre hablan más bien sobre la pérdida de
algo que él ya tenía. (Compare el Catecismo de Heidelberg donde la idea de
un pacto de obras brilla por su ausencia).
El
así llamado pacto de gracia es en realidad el mensaje del evangelio de la
gracia. Este “pacto”, o de hecho, el evangelio de la gracia, capacita hoy a los
pecadores para asegurar, por medio de la fe, lo que Adán habría ganado si
hubiera guardado el pacto de obras.
En ninguna parte de las Escrituras se sugiere tal idea
o comparación. Dado que hay un solo pacto inmutable de gracia (el
supuesto básico de la Teología del Pacto), se desprenden algunas deducciones
lógicas por consecuencia:
1. Sólo puede haber una sola Iglesia, por lo tanto, la
nación de Israel tiene que ser una con la Iglesia, hoy en día.
2. Las señales visibles, los sellos y las formas de
adoración cambian bajo la nueva administración, pero el único pacto es el mismo
y es inmutable y sigue vigente.
3. Ya que la "ley moral" (las tablas de piedra)
expresa la naturaleza de Dios, esas tablas son la regla invariable de conducta
que gobierna al único pueblo de Dios en todas las edades. Cristo (en el Sermón
del Monte) y los Apóstoles (en las epístolas) reafirman la autoridad de la ley
moral (de las tablas de piedra) y nos muestran el verdadero significado de la
inmutable ley moral escrita en las tablas del pacto. Ni Cristo ni sus apóstoles
añaden ninguna "ley más alta" a la única inmutable ley moral escrita
en las Tablas de Piedra. Los Diez Mandamientos deben ser el estándar moral más excelente
que jamás haya sido dado.
4. Puesto que Israel es la iglesia y está bajo el mismo
pacto que la Iglesia en la actualidad, entonces los hijos de padres creyentes
deben ser considerados como parte de la iglesia y deben ser marcados y sellados
con el bautismo como hijos del pacto. Bajo la nueva administración del único y
mismo pacto, sólo cambia la señal del pacto, donde el bautismo reemplaza a la
circuncisión. El sábado es parte de la “única e inmutable ley moral”, pero el
día ha cambiado del séptimo día al primer día de la semana, etc. Lo único que
cambia es la "administración" del mismo pacto único. Las señales visibles
y los sellos cambian, pero no el pacto. Sólo puede haber “un pacto con dos
administraciones” de gracia.
Si se muestra con claridad que este concepto
contradice
claramente a las Escrituras del Nuevo Pacto, entonces
todo el
sistema que está construido sobre este concepto se
viene abajo. ¡Ésta es la
Teología del Pacto!
[1] La confesión de
Fe de Westminster (Inverness, Escocia: El comité de Publicaciones de la
Iglesia Libre Presbiterana de Escocia, 1976).
[64] La confesión de Fe de
Westminster (Inverness, Escocia: El comité de Publicaciones de la Iglesia
Libre Presbiterana de Escocia, 1976).
Tomado del apéndice de estudio realizado por el
Profesor José Antonio Septièn y Omar Vázquez A.
Editado por Natalie Pais, Iglesias
Bajo la Gracia…
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